El gas natural como fuente de generación de energía eléctrica tiene notables ventajas tanto económicas, como operativas y medioambientales. Los ciclos combinados son una tecnología que se caracteriza por su flexibilidad, por su eficiencia y por producir menos emisiones de gases contaminantes que otros combustibles fósiles. Además, el coste de inversión es bajo por MW instalado y los periodos de construcción suelen ser cortos (alrededor de dos años).
Así, las centrales de gas natural de ciclo combinado se caracterizan por su flexibilidad y rápida reacción a los picos de demanda de energía eléctrica. Además, están perfectamente alineadas con las estrategias de incorporación de las energías renovables al mix de generación y con las medidas de eficiencia energética.
Estas ventajas son reconocidas en todo el mundo y cada vez son más los proyectos de generación eléctrica alrededor del planeta que tratan de aprovechar las ventajas de esta tecnología de generación.
Respecto a las perspectivas de crecimiento, y según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) (https://www.iea.org/) el consumo mundial de gas natural creció 4,6% en 2021, más del doble del declive registrado en 2020. Tras el fuerte crecimiento de 2021, la Agencia Internacional de la Energía prevé que durante el año 2022 el crecimiento del gas natural en el mix energético mundial sea menor. La AIE prevé para 2022 un aumento en la demanda mundial del gas de 0,9% en relación con 2021 y la producción mundial se calcula que aumentará un 1,6%. Sin embargo, en la revisión de sus estimaciones, la AIE ha previsto que la demanda mundial de gas natural disminuya ligeramente en 2022 como resultado del aumento generalizado de precio y las interrupciones y disrupciones de suministro en el mercado causadas por la invasión rusa de Ucrania. El gas natural seguirá aumentando su cuota en el mix energético mundial, pero con un crecimiento menor al año 2021.